UN PEQUEÑO PASO POR LA HISTORIA
Maritain afirma del arte: «la obra de arte ha sido pensada antes de ser hecha; ha sido plasmada y preparada, formada, incubada y madurada en una razón antes de pasar a la materia».
Étienne Gilson, en su obra PINTURA Y REALIDAD, dirá: «[...] Como hemos dicho, a menos que no se sienta la necesidad de saber lo que hay en su mente y verlo, un hombre no es pintor. Este movimiento inicial no debería ser concebido como una operación de la mano ni como una operación de la mente, sino del hombre, y mas precisamente, de uno de esos hombres a quienes llamamos pintores por esa especial simbiosis que se realiza entre su mente, sus ojos y sus manos.»
Platón no concebía la separación entre arte y conocimiento, pues aceptar esto supondría la conversión del arte en mera opinión, despojándolo de superioridad, pues faltaría a la belleza y a las reglas, siendo «los mismos resultados, si son involuntarios, una señal de inferioridad». Rechaza totalmente el mal voluntario, el error en las producciones materiales, e incompatibiliza el buen arte y una mala poiesis (producción).
Aristóteles afirma que las formas de saber son la techne (arte), la phronesis (prudencia), la episteme (ciencia), la sophia (sabiduría) y el nous (intelecto).
Para establecer una relación entre poiesis (producción) y techne (arte) nos basaremos en la defensa aristotélica en su ÉTICA A NICÓMACO: «es lo mismo el arte que la disposición productiva acompañada de razón verdadera».
Pongamos un ejemplo para entender verdaderamente la diferencia entre poiesis y techne. Entendamos techne como destreza. La poiesis aplica un conocimiento previo para producir, necesita del saber, por ejemplo, un arquitecto que diseña un plano. El technico (techne), la destreza, ejecuta esos planos, crea.
El artista actual es ambas, aúna techne y poiesis, piensa y crea.
Heidegger pone de manifiesto la confusión originada en el pensamiento moderno por entender la técnica como un modo de producción y el arte como un modo de creación. Sostendrá que la techne no se puede identificar con la poiesis. La techne, como norma que regula la fabricación de algo, no precisa de su propio proceso de constitución. Sin embargo, en la poiesis se alcanza el trabajo productivo , la dimensión creadora. El concepto moderno de arte como creación o producción deriva de este concepto de poiesis.
Nietzsche prestará atención al proceso de creación artística en el que la voluntad se hace visible: la voluntad de poder, de la fuerza, de energía. Si la techne regula la poiesis, la poiesis en si misma, emancipada, liberada, es posición de la voluntad, es facticidad.
El artista racional establece líneas. Hace frente al automatismo a través de su capacidad deductiva. Establece un parámetro creativo que marcará su destino. El arte contemporáneo racional reúne en si mismo la conjunción entre razón y pasión, es planificado y delimitado sin olvidar la poética, sin caer en la rutina.
El arte racional del mundo antiguo es, por excelencia, el arte griego. La búsqueda de la perfección, del orden, de la armonía, se persigue mediante el uso de la proporción matemática, a través de los números, los cánones de belleza como el de Policleto, de 7 cabezas; o el de Lisipo, más alargado y esbelto, de 8.
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